El recorrido de la prueba discurre por los alrededores de Chinchón, abarcando zonas de monte bajo, terrenos de cultivo y caminos vecinales que a modo de sendero se mantienen intactos y en un estado óptimo para la práctica del MTB.
Si se puede definir de alguna manera este recorrido es como ENTRETENIDO. En ningún momento nos aburriremos a bordo de la bicicleta, y es que con un 70% de recorrido que discurre por senderos, no muy técnicos, nos obliga a permanecer atentos a la conducción en todo momento.
Arrancamos desde la Plaza Mayor de Chinchón y nos adentramos por camino ancho en el campo, atravesando una zona agrícola que nos conduce hasta un pinar cercano, Valquejigoso, donde ya encontramos el primer sendero entre árboles, que nos resultará divertido como el que más. Bordeamos la localidad en terreno descendente, pero siempre recorriendo caminos que parecen estar hechos a propósito para disfrutar de la bicicleta de montaña: dosis de técnica justa, velocidad apropiada, vegetación a ambos lados, y curvas y más curvas que nos permiten jugar a ciclistas. Los primeros 20 kilómetros se componen de continuos sube-bajas cortos pero intensos, y que nos permiten disfrutar muchísimo. Los kilómetros no pasan demasiado deprisa, pero dado lo entretenido que resulta el recorrido, enseguida llegamos a una zona de vía pecuaria, en las inmediaciones de la Laguna de San Juan y Las Cubillas, donde el camino toma suficiente anchura, y encontraremos el primer avituallamiento, después de haber recorrido los primeros 20 kilómetros.
Tras este repostaje, afrontamos una pequeña subida , cómoda en cuanto al trazado, que permitirá adelantar a los más rápidos, y que enseguida se torna de nuevo en senderos divertidos donde conducir la bici con continuos cambios de dirección, pero sin excesivos desniveles.
Recorremos en estos momentos la parte más árida del terreno, donde circulamos entre gargantas y profundos arroyos provocados por el paso del agua, siempre rodeados de monte bajo, atravesando algunos olivares, y tramos de enlace entre senderos que nos permitirán rodar en paralelo por un tiempo para intercambiar impresiones con otros compañeros.
En las inmediaciones del Kilómetro 30 será donde se establecerá la división de la ruta larga y corta, y donde se fijará un tiempo máximo para la realización hasta ese tramo, entorno a 3h 30’, de manera que pasada esa barrera horaria no sea posible continuar por el recorrido largo.
Atravesamos la zona conocida como el Camino de San Galindo, que originalmente daba nombre a esta ruta, y continuamos alternando zonas de vía pecuaria con tramos de enlace que ponen a prueba nuestra destreza con el manillar, y que nos obliga a realizar continuos cambios de desarrollo, para poder afrontar las subidas y bajadas constantes.
Transitamos por las inmediaciones de lo que iba a ser en su día una macro urbanización, de la cual solo quedan ciertos restos, en la parte norte y en las inmediaciones de Morata, pero sin adentrarnos nunca en ninguna otra población vecinal.
En el kilómetro 38 encontramos el segundo de los avituallamientos, que 20 kilómetros antes de meta, nos dará las energías suficientes para afrontar una exigente subida al punto geodésico conocido como Cabeza de Villaverde, y posterior descenso, nada peligroso pero muy divertido, que nos conducirá de nuevo a las inmediaciones de Chinchón. Una subida algo escarpada en los últimos 5 kilómetros nos obligará a exprimir las fuerzas casi en la parte final, tirando de una combinación entre técnica y fuerza, pero que nos acercará a la localidad de Chinchón. Conforme nos acercamos, se hacen más frecuentes las huertas y zonas de cultivo. A lo lejos divisamos ya el castillo de Chinchón, y entramos a la localidad desde el oeste, atravesando de nuevo la carretera por un paso subterráneo, y avanzando por el paseo triunfal adoquinado que nos conducirá hasta la meta.
Es un recorrido sin excesiva complejidad técnica, muy entretenido y variado. No cuenta con ninguna subida concreta a destacar, pero los continuos cambios de ritmo y sube-bajas, hacen que al final el cansancio y los 1200 metros de desnivel acumulado, puedan hacer mella en la parte final.
Durante el recorrido atravesaremos en un par de ocasiones carreteras comarcales, y siempre lo haremos a través de conductos subterráneos, algo estrechos y sin demasiada altura, lo que nos obligará a agacharnos en cierta medida y tirar de destreza en el manejo de la bici, pero sin peligro alguno.
Es importante, dadas las altas temperaturas que se esperan, no descuidar la hidratación, y beber siempre en cada oportunidad que tengamos de hacerlo. Las continuas zonas de sendero quizás no nos permitan avituallarnos con comodidad, por lo que debemos aprovechar cada tramo de enlace por caminos más o menos anchos, para echar mano de nuestro avituallamiento.